Hace aproximadamente 5 semanas, mi compañero Juan Manuel Piñana y yo finalizamos la estancia clínica en la unidad de cardiología del Hospital Virgen de Valme. Fueron tres intensas semanas inmersos en todo lo relacionado con el corazón: enfermedades, tratamientos, rehabilitación, recomendaciones...Todo desarrollado desde el prisma de la fisioterapia, con un gran trasfondo médico.
En esta entrada me gustaría hablar de dos aspectos en particular. Por una parte, quisiera destacar la importancia que tienen determinados factores de riesgo en el desarrollo de las enfermedades cardiovasculares. Por otro, intentaré explicar qué es y en qué consiste una curva de rendimiento.
Factores de riesgo cardiovasculares (FRCV)
Durante las prácticas, llevamos a cabo un estudio de los factores de riesgo de enfermedades cardiovasculares gracias a los datos que nos facilitaron.
La siguiente tabla resume los resultados obtenidos:
El principal factor de riesgo es la HTA (casi un 70% la padecían), seguido por la DLP (63'41%) y por el tabaco en general, fumadores y/o exfumadores (36'58% cada uno).
De todos ellos, el 17% son mujeres, mientras que el 83% hombres.
La edad media en mujeres es de 57'9 años, y la de los hombres 57'85 años. Por tanto, la edad media en general, tanto para hombres como para mujeres, es de 58 años.
Tras conocer los datos, me resultó bastante llamativo que la obesidad no fuese un factor de riesgo de mayor relevancia. Sin embargo, es imprescindible interpretar los resultados para obtener conclusiones acertadas. Si bien la obesidad no aparecía como factor de riesgo primordial, sí actúa como causa de los dos principales factores que ocasionan problemas cardiovasculares: HTA y DLP.
La relación entre la obesidad y la HTA es la siguiente: la obesidad genera resistencia insulínica, con la consiguiente hiperinsulinemia. La insulina reduce la excreción renal de sodio y a través de ello expande el volumen extracelular y la volemia, aumentando el gasto cardíaco y la resistencia periférica (principales componentes reguladores de la presión arterial). Además, la hiperinsulinemia aumenta el tono simpático y altera los iones intracelulares (Na y Ca), lo que aumenta la reactividad vascular y la proliferación celular.
Por otra parte, la DLP (secundaria) también se vincula con la obesidad, ya que ésta última aumenta el colesterol LDL ("el malo"), disminuye el colesterol HDL ("el bueno"), desarrollando menor tolerancia a la glucosa y por tanto mayor predisposición a una hipertrofia ventricular izquierda, como consecuencia de que el colesterol tiende a fijarse en las paredes arteriales, formando placas de ateroma.
De esta forma, llego a la siguiente pregunta, ¿en qué medida el propio paciente es causante de su enfermedad? Partiendo de las explicaciones anteriores, pienso que con el simple hecho de fomentar una alimentación y estilos de vida saludables, actuaríamos secundariamente sobre la obesidad exógena (aquella causada por una alimentación excesiva), disminuyendo el riesgo de padecerla. De esta forma, también estaríamos impidiendo que se desarrollaran tantos casos de HTA y DLP, factores de riesgo cardiovasculares que se repiten una y otra vez en las historias clínicas. Además, el tercer y cuarto factor de riesgo es fumar o ser exfumador, algo a lo que la gente se expone de forma voluntaria.
La conclusión que podemos alcanzar es que prevenir la aparición de enfermedades cardiovasculares está más en nuestras manos de lo que pensamos. A través de la promoción de hábitos de vida saludables (alimentación y ejercicio como ejes fundamentales), así como la sensibilización acerca de los perjuicios del tabaco, podemos actuar sobre dichas enfermedades, disminuyendo el riesgo de padecerlas.
Curva de rendimiento
La curva de rendimiento nos informa de la respuesta que realiza el paciente (cardíaco en este caso) a la actividad física que desarrolla.
Para su confección, tomaremos los siguientes datos: tiempo, frecuencia cardíaca (FC), escala de Borg* y tipo de ejercicio, siendo estos registros los más básicos. Los datos los iremos tomando en picos de máxima actividad, es decir, cada vez que realicemos un ejercicio - carga o aumento de la velocidad - pendiente. Una vez finalizada la sesión, pasamos los datos a un eje de coordenadas.
Para interpretar la curva, nos atenemos al siguiente guión:
- Comportamiento general de la curva: ascendente - descendente, aeróbico - anaeróbico.
- En qué momento y con qué ejercicio se alcanza la FC mayor. Valorar si el paciente ha tenido tiempo suficiente para alcanzar este punto máximo.
- Valorar si el paciente interpreta bien la escala de Borg*.
- Valorar si la FC final coincide con la inicial (bradicardia funcional). En caso afirmativo nos encontraríamos con una respuesta óptima como consecuencia del entrenamiento a largo plazo.
Este estudio se puede hacer en la actividad física que se le propone al paciente (tabla de ejercicios, bicicleta, tapiz, elíptica...), para obtener información de lo que realmente hace.
Durante nuestra estancia clínica, realicé la siguiente curva de rendimiento que explicaré a continuación:
En este caso, la curva se desarrolló durante una sesión de 60' en la que se llevaron a cabo ejercicios aeróbicos con pesas, pelotas y picas. Se observa que la curva ha tomado un comportamiento ascendende aeoróbico, ajustándose a lo establecido. Se percibe un pico significativo (pico de máxima actividad), en el que la FC era de 75 mientras se realizaba flexo - extensión de rodilla con aducción isométrica de tobillos. El paciente puntuó con un 5 la escala de Borg* (buena interpretación en relación con la FC alcanzada). La FC final no coincide con la FC inicial, aún así, las diferencias son pequeñas (susceptibles de mejora).
*Escala de Borg: escala que relaciona un mayor esfuerzo físico con una mayor FC, y por tanto con una mayor puntuación subjetiva por parte del paciente de la escala, que va del 1 al 10. Preguntaremos al paciente "¿del 1 al 10, siendo 10 el máximo cansancio, dónde te sitúas?". Debemos asegurarnos una correcta interpretación de la escala por parte del paciente, lo que permite que el paciente se someta a niveles de entrenamiento adecuados.
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